San Jorge (Sant Jordi en catalán) ha sido el patrón oficial de Cataluña desde 1456. El día de su muerte, el 23 de abril, se convirtió en una celebración tradicional entre los catalanes, ganando más adeptos y diferentes significados con el tiempo.
La historia
Históricamente, Jorge fue un soldado romano nacido en Capadocia (actual Turquía) entre los años 275-280. Estuvo al servicio del emperador romano Diocleciano, pero murió mártir por no querer renunciar a su fe cristiana. Años después de su muerte fue canonizado y considerado como el protector de los caballeros y templarios, convirtiéndose también en patrón de otros países como Inglaterra, Bulgaria, Portugal y Georgia.
La leyenda
Tras su canonización, comenzaron a aparecer numerosas leyendas fantásticas vinculadas a la figura de San Jorge. La más famosa cuenta la historia de un pueblo medieval (considerado como Montblanc, en Cataluña) que estaba siendo aterrorizado por un dragón. Todos los días se sacrificaba una vida humana para alimentar al dragón, hasta el día en que la princesa era la que se ofrecía. San Jorge fue quien la salvó, matando al dragón con su espada. Cuando la sangre del dragón cayó al suelo, las rosas rojas comenzaron a florecer y San Jorge ofreció la rosa más hermosa a la princesa.
Día Internacional del Libro
Coincidiendo con el día de San Jorge, en 1988 la Unesco declaró el 23 de abril como Día Internacional del Libro, el mismo día de la muerte de William Shakespeare y Miguel de Cervantes. La fiesta de Sant Jordi en Cataluña ya era una fiesta muy popular y romántica donde se regalaban rosas rojas a la persona amada, y tras la declaración de la Unesco, regalar libros también tomó un papel importante en esta tradición.
Barcelona en el día de Sant Jordi
Si alguna vez visitas Barcelona el 23 de abril, verás la ciudad “vestida” de rosas. Importantes edificios como la Casa Batlló (cuya arquitectura se inspiró íntegramente en la leyenda de San Jorge) cubre su fachada con rosas rojas. Muchos puntos de la ciudad tienen puestos de libros, y sus autores vienen para firmarlos. Monumentos, museos y edificios abren sus puertas a los visitantes de forma gratuita. ¡La “Diada de Sant Jordi” es un día alegre y una experiencia notable de la cultura catalana!